La violó, la mató y con total descaro asistió al funeral con una remera que decía ni mujer más. Esta es la historia de la trágica muerte de Marbella Villarreal.
El responsable, un hombre de 40 años que conoció en su trabajo y que decía ser su amigo. Primero la espió, instaló un dispositivo GPS para rastrearla y aparecer en el momento preciso, siempre para sorprenderla.
Le escribía cartas con tonos elevados , sexualmente hablando. La acosaba todo el tiempo, Marbella era constantemente hostigada por su asesino.
Ella lo denunció en varios estamentos, llego a confesar que tenia miedo. Cosa que era completamente lógica.
Una madrugada fue hasta su departamento, la secuestró, la llevó a la fuerza hasta su casa. Ahí abusó de ella, la violó repetidas veces, la golpeó y finalmente después de 3 días la asesinó.
Para la fiscalía mexicana no quedan dudas de que este fue el procedimiento del asesino. Del cual encontraron resto de fluidos corporales en la víctima.
Lo más traumático y curioso del caso, es que el asesino de 40 años, cuyo nombre la fiscalía aún no reveló del todo, asistió al funeral con una remera que tenía impreso el rostro de Marbella junto con la frase «Ni una Mujer más».
La violencia contra la mujer, dejó de ser simplemente un número más en las frías estadísticas. Pasó a convertirse en uno de los flagelos más importantes de los últimos tiempos.
Mientras que la concienciación no alcance, deberíamos como sociedad buscar en lo más profundo posible aquellos valores que nos vuelven humanos. Eliminar la violencia es una utopía, pero disminuir su impacto en la sociedad solo depende de nosotros.