El ataque al panteón de los héroes y la quema del telar con los colores patrios por parte de un grupo de personas violentas, generó todo tipo de indignación en la ciudadanía, a tal punto que aquello quedó demostrado en el envío masivo de coronas de flores como un símbolo de dolor por ese acto barbárico.
Durante los incendios del 1 de octubre comenzó a circular en las redes sociales un escrito que sarcásticamente decía que existe más indignación por el ataque al panteón y la quema de la bandera, que por los incendios que actualmente azotan a gran parte del país.
El razonamiento o pensamiento expresado por ese usuario (del cual no hablamos porque no viene al caso) comparando los hechos y midiendo la indignación en consecuencia. Terminó por calar muy hondamente tanto en los medios digitales que tienen tendencias de izquierdas(que no mencionamos porque no hacemos publicidad gratuita) al igual que en los usuarios de las redes.
Estos últimos con criterios divididos, muchos a favor de la tesis de que el paraguayo se indigna más fácilmente por cuestiones que aparentemente son menos importantes- como la vandalización del Panteón – y otros demostrando que el paraguayo se indigna tanto por que le queman la bandera y así también se indigna por los incendios provocados.
Los ambientalistas de cartón y revolucionarios de teclado brillaron por su ausencia
Empero, el paraguayo promedio no solo no se queda con la indignación desde los teclados. No así varios integrantes de la izquierda y los seguidores del progresismo que son solo revolucionarios del teclado. El paraguayo promedio auxilia en situaciones extremas. Históricamente, el comportamiento del pueblo paraguayo fue el de estar presente para asistir y eso quedó demostrado una vez más durante los incendios.
Cientos de mujeres y hombres colaborando codo a codo con bomberos, policías y militares para sofocar las llamas. Una muestra de esta gran tarea fue que se logró apagar el incendio que se inició en el botánico. Llamativamente, muchos de los autoproclamados “ambientalistas” estuvieron ausentes durante este suceso. Se entiende la no presencia de algunas ambientalistas, ¡claro! Una está en el exilio por no querer enfrentar sus actos y la otra cumple prisión domiciliaria. Pero eso es agua de otro cántaro.
Aquí lo importante es que el paraguayo demostró ser solidario una vez más, y como siempre, sacó pecho para ayudar a la patria.
Quizás le falte algo más de coraje para salir a las calles y sacar a todos los corruptos del gobierno. Eso llegará a su tiempo.
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